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Sex Education: Sexualidad y Personalidad

Hola, como prometido esta semana vamos a dar continuación a nuestra serie de “Sex Education: hablando sobre sexo de forma natural”, en mi primer post hable sobre el libro de la gran Sexóloga Sylvia Béjar , “El sexo es tuyo” Para esta semana voy a hablar de una gran sexóloga Fina Sanz sobre un libro que me llamó mucho la atención que es Psicoerotismo femenino y masculino, donde la autora habla sobre la relación entre  la  sexualidad y espiritualidad.

 Psicoerotismo femenino y masculino

Autora:Fina Sanz Ramón 
Editorial Kariós

El motivo por el que he elegido a esta autora es porque he leído algunos artículos suyos y me parecía muy interesante su estilo de enseñanza. Fina Sanz tiene una formación multidisciplinar con un enfoque humanista que fusiona conocimientos orientales y occidentales ofreciendo no solo una teoría sino, a través de su propia investigación, una metodología práctica. Ha creado su propio método, la Terapia de Reencuentro (TR) en la que abre una nueva perspectiva a la salud, con la integración de varias dimensiones: corporal, emocional, mental, sexual, espiritual y social. Y, sobre todo, este libro está escrito desde una perspectiva feminista donde introduce un nuevo paradigma para que todos recuperemos valores femeninos, tanto hombres como mujeres. El punto de partida de esta autora es enfocar la otra cara de la moneda que no es tanto la patología sexual o las enfermedades, sino que parte del placer y la salud que nos aporta la sexualidad. Retoma la importancia de unir cuerpo y espíritu o “mente” que durante tanto tiempo ha sido negada por la tradición judeocristiana y en consecuencia el placer ha tenido una connotación de miedo, culpa o castigo en nuestra cultura. La autora invita a contemplar y desarrollar de nuevo el papel del placer para construir una identidad basada en el bienestar y en el gozo del propio cuerpo-mente, para sentir y aprender de sus emociones y sabiduría.

 Personalidad y Sexualidad

Fina Sanz desarrolla el concepto de que el ser humano construye su personalidad desde su sexualidad; además, a lo largo de la vida se presentan y juegan un papel importante las influencias educativas, familiares, sociales y los medios de comunicación, para mencionar algunas. Y a partir de ahí surge el comportamiento, las creencias, los valores, las actitudes, las reacciones emocionales o la estabilidad sentimental como forma de expresión del individuo. Fina Sanz ofrece con su trabajo la revisión de estos modelos de comportamiento, o cosmovisiones, porque el ser humano tiene la capacidad de comprender otros sistemas de valores y por lo tanto cambiarlos. 

Podemos afirmar que la sexualidad tiene la energía, la fuerza y la creatividad para lograr estos cambios.

La idea principal que transmite el texto es la apertura hacia la globalidad del cuerpo, sus sensaciones, sus placeres, el erotismo y el género frente a la vieja introyección social que se centra en la genitalidad y que aún sigue en práctica en el patriarcado en nuestra sociedad. Por una parte, los hombres han sido educados en su genitalidad que se asocia con el poder masculino, es decir, una actitud competitiva, agresiva y dominante; de no llorar y de no manifestar sus emociones. Por otra parte, según esta autora, la mujer ha recibido una educación diferente, más global respecto a los sentidos que el hombre y desde ahí se ha construido una “subcultura femenina” a la que nuestra sociedad no concede mucho espacio para un crecimiento sano, ni para la mujer, pero tampoco para el hombre. Sin embargo, a través de una educación sexual que abarca la “sensibilización corporal” y la “autosensibilización”, el hombre tiene la capacidad de recuperar esa globalidad, que tanto le falta. En la tradición sexual taoísta, desde su origen, se educaban esas enseñanzas de globalidad emocional y corporal que cada ser humano tiene intrínsecamente y que favorecen la salud y desarrollo personal, social y sexual.

 Masculino vs Famenino

En relación con lo anterior, el texto profundiza entre la división de lo masculino y lo femenino y la posibilidad de unir estas dos polaridades a través de un desarrollo personal y sexual más integral. Es lo que la autora denomina “maternaje”. Esta separación masculino/femenino empieza desde la más temprana infancia. En general, a casi todos los bebés, sea niño o niña, se les mima, se les acaricia, se les besa, se les acoge de la misma manera. No obstante, con los años cambian estos comportamientos: a las niñas, les enseñan roles diferentes que a los niños. Y a estos roles se han asociado distintos valores. A los niños se les educa en valores masculinos como la fortaleza, la agresividad, la actividad o la rapidez. Frente a esto, los valores femeninos que reciben las niñas son la debilidad, la ternura, la pasividad y la lentitud. Al igual que muestra esta separación entre los géneros, también se ve reflejado en las relaciones entre otras culturas diferentes a la nuestra. Por ejemplo, lo que ocurría y ocurre entre los países colonizados y los países colonizadores. Los primeros se someten en general a las normas sociales que traen estos invasores y su propia identidad se desvaloriza. Otro ejemplo de esto, que está enraizado en nuestra sociedad son las consecuencias cuando se exploran ciertas aventuras sexuales. Hay diferentes respuestas sociales según el género; cuando alguien tiene muchas relaciones sexuales, si es chico se le llamaría “macho” y a las chicas, “puta”. Podríamos seguir con múltiples ejemplos para ver esa diferenciación entre la diversidad de género. Sin embargo, la escritora nos ofrece una nueva perspectiva positiva para vivir la sexualidad desde el “maternaje”, es decir, con las cualidades del cuidado y del dejarse cuidar, valores femeninos que también los varones pueden integrar para llegar a un equilibrio biopsicosocial del ser humano.

El libro Psicoerotismo femenino y masculino introduce tres aspectos claves: lo individual, lo relacional y lo social, que integran una vivencia del ser humano en sus diferentes expresiones.

En contra del antiguo modelo social que no daba más opciones que estar en pareja, la autora pone el énfasis en recuperar la propia libertad individual a través del gozo y de la sexualidad para que el ser humano no sufra tanto la dependencia dentro de las relaciones de pareja y en el ámbito social. De esta forma, en cuanto la persona recupera su propia autoestima sexual e individualidad, puede adaptar un rol social y relacional diferente. En la sociedad tradicional con una estructura jerárquica y patriarcal, había una censura del libre gozo del placer, donde el modelo social únicamente permitía una relación heterosexual y falocéntrica. Pero en la actualidad hay más información y recursos para salir de la vivencia del patriarcado hacia una forma más humanista en que se podría fomentar una sexualidad sana en la que cada hombre y cada mujer sería capaz de desarrollar una mayor autoestima para que los vínculos sean más amorosos. Fina subraya la importancia de integrar y educar estos tres aspectos dentro del marco de la sexualidad.

 ¿Por qué he elegido este libro?

Para empezar, quería erotizar más mi vida en todos los sentidos, tanto en mi vida personal como profesional. Para ser un buen terapeuta en sexualidad, veo imprescindible conocer cómo se vive la parte erótica: por una parte la teoría que exponen diferentes autores y por otra la experiencia propia de querer recuperar mi parte individual erótica en todos los aspectos para vivir una sexualidad más placentera, saludable y plena. Fina presenta algunos casos clínicos en los que me llamó la atención el paralelismo entre su trabajo profesional y mi manera de trabajar terapéuticamente. La semejanza que tenemos, de aplicar técnicas similares como la meditación, el mindfulness, el cuerpo, la relajación y la respiración, me anima a conocer mejor su trabajo. Por ejemplo, su método de sensibilización corporal “SC” y de autosensibilización “AUT” ayudan al individuo a recuperar y fomentar su crecimiento erótico y su autonomía corporal, sexual y personal. Al igual que en mi propia experiencia profesional, Fina usa también las manos para trabajar con el cuerpo del cliente. De esta forma, el paciente percibe sus defensas corporales, su respiración superficial, sus emociones escondidas, etc. Este trabajo con las manos no se considera un masaje sino un acompañamiento terapéutico hacia una percepción más sutil en la que florecen poco a poco fantasías, sensaciones, vivencias nuevas que ofrecen a la persona una nueva perspectiva de autovaloración. Fina lo llama “la positivización” o “autosensibilización”. Asimismo, en este amplio rango de ejercicios, se proponen tareas para prolongar el placer y controlar la eyaculación, sacadas mayormente de fuentes orientales taoístas y tántricas. Una vez más vemos la importancia de aprender otros enfoques de la sexualidad que aportan una visión diferente de nuestra cultura judeocristiana. Gracias y hasta el próximo Sex Friday/Sex Education

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